Santa Profecía
Instalación / Performance
Miraflores, Lima. 2023.
Textos:
CECILIA NORIEGA-BOZOVICH
LIMA, 22 DE ABRIL, 2023
En los siglos XVII Y XVIII las profecías abundaron y, además, reveladas especialmente a monjas, beatería y mujeres. Una de las más difundidas fue la de Santa Rosa de Lima, que predecía un devastador terremoto y tsunami en el que desaparecería Lima y las embarcaciones ancladas en el Callao, encallarían en la plaza de armas. Efectivamente, ciento veinte años después de su muerte hubo un terremoto que destruyó casi por completo Lima (1746) y, si bien el tsunami no llegó hasta la plaza de armas ni encallaron los barcos, se atribuye a Santa Rosa su protección. Desde entonces, a Santa Rosa se le considera la protectora de los mares, de la policía y santa patrona de Lima. Su profecía y lo acontecido en Lima se difundió en América donde ocurrían terremotos, por lo que sus pueblos rogaban por su protección. De esta manera, Santa Rosa no sería solo la santa patrona de Lima, sino de Perú, América, Filipinas y las Indias Orientales.
Con la Ilustración y el avance de la ciencia en el siglo XIX se demostró que los movimientos telúricos eran debido a desplazamientos de placas tectónicas y no por la ira divina. Los lugares donde ocurrían terremotos y tsunamis estaban rodeados por el llamado Círculo de Fuego, debido a los volcanes en cadena debajo del mar.
Las iluminaciones eran recibidas, mayormente, por las mujeres ––consideradas más débiles mentalmente que los hombres––, por lo que se dice que hubo una “feminización de la santidad”. La proliferación de santas en América se da en estos siglos, tras el Concilio de Trento y los dos concilios limenses (aunque fueron seis los concilios limenses provinciales). Debido a ello, por primera vez, el catolicismo admite venerar las imágenes en pinturas y estatuas de santos, lo que serviría para estimular la evangelización del nuevo mundo, además de marcar muy bien la distancia con la Reforma de Lutero. La divulgación de las profecías tenía diversos objetivos: ocasionar miedo, especialmente, a las mujeres poco recatadas y motivarlas a ser pías, así como para aplacar las revueltas indígenas (Huarochirí) que empezaban a darse –– la gente no quería violencia, optaba por creer en el castigo divino––.
El objetivo de la intervención que propongo con la instalación de Santa Profecía, en el Parque Kennedy del distrito de Miraflores –– mal llamado distrito pituco ––, es hablar de la vigencia del miedo a que la profecía de una santa se haga realidad en la metáfora del terremoto y tsunami de tantas otras índoles, que prefiero no nombrar. No obstante, el espectador otorga a la obra artística múltiples miradas, que como artífice no puedo controlar. Del mismo modo y, tal vez, más importante, homenajear por asociación de ideas con el color rosa, a la Patrona de América ––proveniente de una familia notable de Lima –– que protege a los más pobres y enfermos de tuberculosis. La barca rosa ––color utilizado por mí en diferentes obras a modo de camuflaje––, es símbolo de esperanza, de viaje, de fuerza y valentía para enfrentar lo desconocido, como por ejemplo el tránsito entre Eros y Tánatos. Para el filósofo Gaston Bachelard, la barca es el símbolo que funciona como una cuna, que recuerda a la matriz y al seno materno, por lo que deducimos que simboliza el inicio de la vida y su viaje por el que transitamos con sus dificultades hacia el final de nuestra existencia.
PERFORMANCE
Apoyándome en la puesta en escena de la instalación, el público convocado para la inauguración fue parte constitutiva de la obra. En primera instancia, mi gesto de artista frente a ellos fue bañar el tsunami con pintura rosa. Luego, 400 origami, hechos por mí y firmados, que representaban barcas de papel rosa, fueron echados al aire sobre la obra y el público. Estas acciones tuvieron como objetivo consagrar la obra dentro del parque que fungía de museo en el espacio público, ya que este fue intervenido no solo con mi instalación sino también con obras escultóricas de otros quince artistas.
La interacción con el público al momento que recogían las barcas de papel para llevársela a modo de fetiche, completaba el simbolismo de la consagración de la obra como arte. Asimismo, el público escribía sus deseos en papel que yo les proporcionaba y los colocaban en la caja de los deseos, así hacen los fieles que escriben sus peticiones y los arrojan al fondo del Pozo de los Deseos que existe desde 1660, en la casa de Santa Rosa de Lima, en el Centro de Lima.
FICHA TÉCNICA
Embarcación de 3.60 x 1.50 x 0.80 mts. (fibra de vidrio, pintura acrílica rosa, tela de peluche rosa)
Carcasa y hélice de motor 1.00 x 0.30 x 0.40 (metal, pintura acrílica rosa)
2 remos de 2.30 largo (fibra de vidrio, pintura acrílica rosa)
3 m3 de ruma de maderas deterioradas
1 cilindro 1.20 x 0.50 (latón)
2 cajas 1.80 x 0.40 x 0.40 (madera, pintura acrílica)
Malla metálica (parcialmente pintada en rosa)
Papeles escritos con peticiones a la santa
400 origami de papel rosa